A parar la pelota

"¡Sos una verguenza!", le reprochaba Héctor Rivoira a Pablo Lunati al final del partido. ¿Cuántas veces en lo que va del torneo convivimos con este mismo tipo de escenas? Esta vez lo del Chulo eran gritos de impotencia porque no puede encontrar el equipo ideal. Atlético jugó mal, careció de ideas, de actitud y estuvo a dos tiros en el travesaño de retener los tres puntos, pero los horrores defensivos provocaron que no pueda sumar de local nuevamente.

Poco se puede rescatar de un Decano desconocido, falto de confianza y al borde del abismo. Diego Erroz fue el que siempre quiso jugar. Luis Rodríguez no logra recuperar el nivel al que nos tenía acostumbrados. La defensa es indefensa en todo momento. Sebas Longo y César Montiglio no son los laterales que arrancaron el campeonato prometiendo mucho. El medio no se conecta con la ofensiva y así no, muchachos... La autocrítica en el plantel tiene que ser muy profunda y el nivel, que se mostró en algún momento, se lo volverá a tener con mucho trabajo.

Lo positivio, tal vez, sea que los equipos que están en la lucha directa por el descenso junto a nosotros no pueden levantar demasiado. En la próxima fecha será una buena ocasión para volver al triunfo: un Racing que tiene las mismas urgencias que Atlético. El campeón de América y el ganador del último torneo del fútbol argentino, ya pasaron. Ya no hay excusa que valga...