Puedo garantizar desde estas líneas que los ilustres señores que representaron a la grandiosa idea de fundar al Club Atlético Tucumán, con Don Agenor Albornoz y Don José Fierro a la cabeza, soñaron con este camino. Pese a las numerosas dificultades de los primeros tiempos, apostaron por una entidad que se nutra de la práctica deportiva en la mayor variedad de disciplinas posibles acercando de esta manera a los jóvenes a la ejecución de las mismas, fundamentalmente del fútbol, claro está.
En 1902, así como retumbó en esa vieja casona de calle Rivadavia al 100 donde se fundó la institución el grito de: “Arriba los corazones”, la frase marcó el rumbo a seguir en la vida deportiva y social del club.
Por ello es oportuno contar que seguramente aquellos visionarios y sus sucesores habrán reparado en la obra de aquel profesor de educación física canadiense llamado James Naismith de la Universidad de Springfield (sí, la ciudad de los Simpsons en Massachusetts), creador del baloncesto. Actividad que nació en 1891 como una respuesta a la necesidad de realizar alguna actividad deportiva que se pudiera efectuar bajo techo durante el invierno, ya que en esa época era imposible llevar a cabo acciones al aire libre debido a las bajas temperaturas.
Y en todos estos fenómenos culturales, deportivos y sociales motorizó su sueño Walter González Raffo para que el Decano vuelva a tener básquet luego de más de 25 años de ausencia en competencias provinciales.
Te cuento que Walter es como vos y como yo: principalmente ENFERMO de Atlético, tiene 44 años, es administrador tributario, trabaja en Rentas, jugaba a la paleta en el club desde chico, jugó al fútbol también y que con el solo orgullo de hacerlo por el Deca y darle la oportunidad a otros jóvenes de cumplir su anhelo, fue desandando el sinuoso camino de convertirse en el manager y conformar los planteles de básquet del más grande del Norte. Además jugó y debutó en la primera de Estudiantes a los 18 años.
Eso sí, en esta no estuvo solo ¿eh? Junto a su esposa Carolina Rodríguez (a cargo de la comisión de padres) y sus hijos Lucas, Franco, Javier y Luciano (quienes colaboran permanentemente con todas las divisiones menores, además de jugar cada uno en su categoría) fueron forjando el plan.
No es un dato menor que se apoyó en un profesional de los quilates de Ricardo Siria (o simplemente el querido Ricky, como todo el mundo lo llama en el ambiente), quien posee en su currículum menciones escalofriantes como las siguientes: ex -jugador que fue Campeón en primera con Huracán BB, Campeón con todas las categorías en el combinado tucumano, Director Técnico de todos los seleccionados formativos de la provincia. El año pasado dirigió a Talleres de Tafí Viejo en la Liga C y actualmente dirige la escuela de básquet de Avellaneda Central en forma simultánea con su desempeño como nuestro DT de lujo en el equipo de primera. ¡¡¡Puff !!! Pavada de logros ¿no?
Ah, como si fuera poco, es actualmente uno de los cinco entrenadores habilitados en Tucumán para dirigir Liga Nacional. Tuvo –y tiene- ofrecimientos de otros clubes, pero prefirió sumarse al desafío que significa el proyecto del básquet en Atlético Tucumán.
3 comentarios: on "Simplemente Atlético Tucumán"
vamo los pibes¡¡¡ que grande el dk¡¡¡
que grata noticia ver al club en crecimiento en todos los aspectos, ojala los jugadores entiendan tambien la grandeza de atletico y dejen todo para quedarse en primera algunos dan la sensacion de pensar en otras cosas primero antes que el club que los hizo alguien en el futbol,
bien por esta gente que se pone las pilas, bien por el club en apostar a otros deportes
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