El broche de oro para tanta locura

¡Qué forma de cerrar un año tan soñado como merecido! Y sí, esta gente que tanto aguantó, sufrió en las malas y nunca abandonó al equipo a pesar de haber estado poco más de 20 años sin ganar un título, se merecía más que nadie un año como el 2009, con el anhelado ascenso a Primera, la vuelta del equipo a los primeros planos nacionales tal como nos habían contado nuestros viejos y abuelos, y encima terminar el Apertura afuera de la tabla menos deseada, un símbolo del año que será eterno, para unos y otros.
En este último partido faltó el fútbol, se jugó con ganas y nada más. No hubo ideas y el arco de Lucas -en una excelente tarde- varias veces estuvo cerca de ser vencido. Demasiado para un rival que venía muy golpeado y con un nivel bajísimo en sus producciones. Pero poco importa el rendimiento cuando la necesidad imperiosa de quedarse con los tres puntos se imponía ante todo y se logró el objetivo, más el plus de haber zafado hasta de la promoción, con el impulso anímico que eso genera para encarar el receso.
Ahora habrá que mantener la base y esperar que no se vaya ninguno de la columna vertebral de este equipo que encontró en la llegada de Chiche Sosa mayor equilibrio defensivo y los resultados que tanta falta hacían para respirar. También será fundamental reforzar la defensa y el medio. Muchos jugadores que desconfiaban a la distancia de nuestra gloriosa institución y ponían obstáculos a la hora de negociar habrán comprobado a lo largo de este torneo la seriedad con la que se trabaja en 25 y Chile y la grandeza del club, que a nivel convocatoria pudo ratificar lo que venía arrasando en el Argentino A y Nacional B, copando y reventando las boleterías de local y visitante. La primera parte del desafío está cumplida, queda la segunda y más complicada, pero se la enfrentará con toda la seguridad y confianza en un equipo que le juega de igual a igual a cualquiera y que se dio cuenta que ganar, es más posible de lo que parecía en un comienzo.