¿Rebelión en puerta?

El Decano cayó nuevamente derrotado en el Clausura, ante Inde-sin-gente, en Avellaneda por 3 a 1. Fabio Escobar había establecido la transitoria igualdad y Silvera mojó tres veces. Sin éxito en los cambios de Chiche, estamos otra vez en descenso directo.
Habrá que ponerse el overol y trabajar mucho para que el levantamiento tan deseado se produzca este lunes mismo. Amotinarse en una profunda charla y reflexionar sobre el presente por parte de los protagonistas, podría ser un buen comienzo.
¿Lo único positivo? Que la oportunidad de revancha es inmediata, cuatro días nos separan del próximo rival, el Globo de nuestro querido Chulo Rivoira.
Y no es para dramatizar seguramente, pero lo concreto es que Atlético mostró muy poco en todo el encuentro e Independiente prevaleció en las acciones. Si bien es cierto que el Rojo tampoco hizo figura a Ischuk, tuvo el balón la mayor parte del juego y cuando apretó el acelerador obtuvo las conquistas.
A los 19´ Gracián recibió en la media luna y se la dio de un toque a Silvera que ingresaba por izquierda -tras meter una buena diagonal- y ante el peligro inminente Raúl Saavedra la mandó al córner. Un minuto más tarde entre Barone y Saavedra (el mayor de ellos) no pudieron rechazar; le quedó a Gandín que la empaló y tras rebotar en un defensor nuestro, se fue otra vez al tiro de esquina desde la izquierda.
Y justamente de esa acción –que se jugó rápido- recibió Mancuello; su centro fue al área y entre Herrera, Musto y Barone no pudieron despejar y la pelota le quedó a Galeano por la derecha en posición de disparo aunque el pelado intentó recuperarse y oponer resistencia. Lo que no estaba calculado es que del tiro al arco intencional le saliera un centro que terminó empujando a la red Silvera y decretando el 1-0.
Sobre los 24´ Piatti cambia de frente para que Gracián mande centro y Barone despeje otra vez al córner. Independiente ejercía dominio absoluto de la redonda sin ser muy profundo y el panorama Decano no era alentador precisamente.
Hasta que a los 27´40” fue Saavedrita y mandó un centro de un córner derecho para que Barone cabeceara al medio y Escobar solo tuviera que empujar al gol y empate parcial de Atlético enmudeciendo al Libertadores de América. Cuatro minutos después exactamente la misma jugada y en lugar del Paragua oportunista se pasó Villavicencio y no pudo conectar.
A los 33´ Mareque (una de las figuras de la noche) prueba de muy lejos débil pero no fue tan sencillo retener para Lucas, ya que la pelota venía haciendo reiterados piques.
Nueve minutos más tarde, Escobar la peleó solo arriba y ganó dos veces en la misma jugada, pero se le fue larga y Gabbarini anticipó y llegó a rechazar con los pies.
El minuto 41 nos quedó grabado a todos, porque descendió de nuestra Inimitable hinchada el: “No se escucha, noooo se escucha…., sooooos amargo…igual que los cirujas”.
En el complemento, al minuto el ingresado Patito Rodríguez mandó un centro que conectó Tuzzio en el segundo palo, Ischuk dio un rebote largo porque la pelota lo sorprendió y rechazó finalmente Herrera salvando al Decano.
En 7´44” Gigliotti arrancó en la mitad, luchó entre dos y los pasó, al salir el tercer defensor y mientras ingresaba al área; remató desviado y alto sobre el palo izquierdo.
El desnivel se produjo a los once, cuando otra incursión de Mareque (la enésima) cedió a Piatti; quien miró a su izquierda y la pasó a la derecha para que Vella envíe el centro con que otra vez el Cuqui mandó al fondo del arco de Lucas el balón para el 2-1.
Minuto y medio después Gandín la pinchó a la izquierda al ingreso de Patito Rodríguez; quien levantó por encima de la salida de Ischuk y cuya cesión no fue centro sino pase a la cabeza de Silvera que conectó al arco vacío entre dos defensores visitantes. 3-1 y a otra cosa.
En 16´20” Vargas remató de muy lejos sorprendiendo a Gabbarini que no logró contener y en un intento desesperado, apenas pudo mandarla al córner.
A los 40´ Musto probó de más de treinta metros y su remate fue muy débil evidenciando la impotencia de la caída.
Tristeza pero nunca amargura, inquietud por la actuación y un inconmensurable caudal de fe en el río de la esperanza, nos acompañan en la víspera de la tercera fecha. Es el momento ideal para sublevarse al presente poco auspicioso y la nula cosecha de puntos. Precipitarse a aventurar un magro futuro, sería necio. Más aún teniendo en cuenta que la hinchada acompaña y banca, por eso demostramos a lo largo del tiempo y en situaciones mucho peores que esta que siempre estuvimos y siempre estaremos.