Fundamental

Los tres puntos ante Colón eran obligados. La premisa ineludible de ganar de local sumados a las bajas importantes del Sabalero en el once titular (más el golpe anímico al resignar en su casa ante Ñuls la chance de pelear la punta) no daban lugar a otro final que no sea el del equipo festejando y desatando la locura en el José Fierro, algo que saludablemente se viene haciendo costumbre y que se dio nuevamente para el delirio de la multitud.
Siempre quedan cosas por corregir. A pesar de este éxito tranquilo y con total justicia se notan ciertas facilidades en defensa que podrían haber traído algún dolor de cabeza sino fuera por oportunas tapadas de Ischuk y una tarde perfecta de Satanás Páez, que jugó ayer uno de los partidos más sólidos que se le vieran a un central de nuestro fútbol en este torneo. No es un halago exagerado, sólo basta con ver el resto de los partidos y se encontrará escasos rendimientos tan perfectos de un defensor como el que ayer tuvo el capitán Decano, ya metido en el corazón del hincha por su juego.
Pero el título de esta nota no sólo quiere hacer referencia a lo necesario del triunfo, sino a la vuelta, al campo de juego y a la red, del Pulguita Rodríguez, ese que nos llenó de fútbol y goles en el ascenso, que lució la de la Selección de Diego y que sólo mostró ráfagas en este Apertura 09. A pesar que no está en su mejor nivel, no se puede negar su calidad de jugador distinto, con destino de crack. Ayer no brilló es cierto, y volvió a resolver mal algunas jugadas en ataque, pero su cuota goleadora apareció para abrochar la victoria. Ojalá estos goles y la regularidad que está encontrando el equipo le alcancen para su consolidación y que en el Clausura pueda desplegar lo mejor de su juego. Ahora a pensar en el Viaducto y en que un triunfo este jueves no es para nada imposible. Si la mejora no se detiene y se corrigen algunas fallas, el objetivo en este Apertura de salir de la tabla menos deseada, estará al alcance de la mano.